OPORTUNCRISIS EN LA CEDH


Víctor López Jaramillo

En Querétaro, la defensa de los Derechos Humanos por parte de la CEDH es un chiste. (Dibujo de Chocolo)

Encerrados en su laberinto cuales minotauros, los diputados de LVI Legislatura han demostrado que no pueden encontrar el hilo de la política y en su lectura de la realidad priva la ganancia política inmediata antes que una visión de Estado.

Pero el destino generoso se ha empeñado en darles una nueva oportunidad de resarcir su política de chivo en cristalería y por lo menos dignificar un poco el camino antes de dar el salto cual chapulín al siguiente puesto de elección popular.

La coyuntura es la elección del nuevo presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH). Tras el desastre dejado por el autismo de Adolfo Ortega Osorio (cual niño berrinchudo se aferra al cargo y solicitó amparo alegando que sus Derechos Humanos habían sido vulnerados) es momento de que lejos de ver a la institución como botín político, se genere un verdadero espacio de defensa del pueblo ante los posibles excesos del Estado.

Tarea nada fácil, toda vez que muchos seguidores de la filosofía del Tlacuache César Garizurieta, -cuyo evangelio reza “vivir fuera del presupuesto es vi

vir en el error”-, raudos y presurosos fueron a inscribirse como candidatos a presidir este organismo autónomo.

Y así han desfilado con más pena que gloria Rodolfo Vega Hernández, María Pérez Zepeda y Miguel Servín del Bosque, todos ellos ex de la Comisión Estatal de Acceso a la Información Gubernamental, quienes al grito de guerra de que “el acceso a la información es un derecho humano y merezco esos 73 mil pesos al mes que gana el Ombudsman” suspiran por defender nuestros Derechos Humanos.

Es hora de la sociedad civil y de desterrar a esa vieja clase política y que se vayan con su gobierno de difuntos y flores (Silvio dixit).

Siguiendo el lugar común de los optimistas que dicen que la crisis es en realidad una oportunidad, ante la gran crisis de representatividad y legitimidad que vive la CEDH, es el momento para que se renueve esta institución, por ello la sociedad civil activa debe de pesar en esta elección, situación que hasta los mismos legisladores han reconocido.

Sin embargo, las organizaciones sociales que se mantuvieron unidas en el rechazo a Adolfo Ortega II, al momento de la renovación dividieron su apoyo en dos candidatos: Nadia Sierra y César Pérez Guzmán. La primera apoyada mayoritariamente por organizaciones enfocadas a estudios de género y educación sexual; mientras el segundo tenía su respaldo en el Congreso Estatal Ciudadano de Derechos Humanos que en diciembre hizo un importante evento contando con la presencia del rector de la UNAM, José Narro, y, al menos virtualmente, de Javier Sicilia.

Sin embargo, el escenario cambió al ser descartada por la Legislatura la postulación de César Pérez Guzmán, por superar el límite de edad, lo cual es claramente discriminatorio y va en contra de los Derechos Humanos. Sin embargo, Pérez Guzmán, al contrario de Adolfito, no hizo berrinche y no acudió a solicitar amparo, situación que esperaba más de un diputado para empantanar la elección y provocar una crisis similar a la del Instituto Electoral de Querétaro.

Esta decisión fue respaldada por el Congreso Estatal Ciudadano de los Derechos Humanos y decidieron apoyar a Emma Lambarri, lo que nos deja a dos mujeres como representantes de las organizaciones sociales.

Dos mujeres con amplia trayectoria en la defensa de los Derechos Humanos y que con un discurso coherente han presentado sus propuestas en cualquier foro que se presente, como el del 2 de febrero en el que Nadia Sierra estuvo arropada por los priistas Jesús Rodríguez Hernández, Dalia Garrido y Reginaldo Rivera de la Torre (al menos así había sido anunciado).

Desde luego, ellas no son las únicas candidatas con experiencia, también están Enrique Rivera, Carlos Rojano, entre otros.

Es una decisión trascendente. Por los antecedentes de los diputados, todo parece estar marcado por el signo de la fatalidad, prueba de ello es el IEQ que su impericia política nos ha legado, un IEQ que llega sin legitimidad y lacerado a las elecciones.

Viene el momento de que los diputados busquen en el diccionario la palabra estadista y decidan con base al mejor proyecto, no pensando en sus intereses de grupo. Lo sé, estoy pidiendo cosas imposibles.

La decisión está en manos de los diputados, y tras una semana en la que examinaron a los aspirantes, ya deben de tener claro quién será el sucesor de Adolfo Ortega, quien se aferra a su amparo porque añora aquellos días en que salía al Antro Consentido a velar por los Derechos Humanos de los mirreyes.

Un comentario

  1. Tiempo de mujeres. Creo que una mujer estaría bien esta vez al frente de la CEDH. Veo a dos o tres bien preparadas. Con los ovarios y el talento necesarios. Suerte a nosotros. Cordialmente. JF. Qro. Qro. 8-II-2012.

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