Víctor López Jaramillo
John Wick el fiscal se creía,
pero a los criminales les temía.
Sólo con niñas de catorce cargaba,
acusándolas de que abortaban.
La Muerte lo miró desde un rincón,
y soltó una risa de gran diversión.
“¡Ay, mi valiente fiscal, gran guerrero!
Sólo asustas a quien no tiene sendero.”
Pero al ver a la niña en su celda encerrada,
la Catrina se enojó, muy indignada.
“A esta criatura, ¿por qué la castigas?
¿Será que ante los grandes te inclinas?”
Y La presidenta escuchó el clamor,
y con una orden cambió el error.
“A este fiscal, que se crea matón,
mándenlo lejos, a pedir perdón.”
La Muerte lo tomó, ya humillado,
y con un suspiro le dijo de lado:
“Ven, John Wick de pacotilla, vamos a charlar,
que en el panteón nadie te va a molestar.”

