Aníbal a las puertas, era la frase que en la antigua Roma se usaba para advertir que el enemigo estaba a punto de entrar a la ciudad. Hoy, la podemos usar para decir que el horror del crimen organizado está por tomar Querétaro.
La ejecución de este fin de semana en un bar en Paseo 5 de Febrero, donde murieron tres personas presuntamente ligadas al CO, muestra que, pese a lo que se presumía, el estado no es ajeno a la problemática nacional. No somos una isla. Sí, las autoridades presumen no se tienen los niveles de violencia que otros estados, pero Querétaro no debe medirse con otros estados, debe medirse con Querétaro mismo y la pax queretana -que siempre han presumido- hoy se desmorona poco a poco.
Recordemos que así empezaron otros estados con ejecuciones ocasionales, hasta que finalmente el horror llegó a esas zonas. Veamos al vecino Guanajuato, que era un ejemplo de prosperidad económica y seguridad, y hoy tiene serios problemas de seguridad. Ni hablar de Jalisco y los hornos de cremación que se encontraron la semana pasada.
Las señales están ahí, faltan acciones contundentes que reviertan la tendencia.

