
Amy Winehouse es la más reciente integrante del 27Club, ese mítico círculo de los rock stars que viven al límite y al llegar dicha edad prefieren consumirse que marchitarse y mueren.
Los nombres son conocidos y han circulado por redes sociales a raíz del deceso de la Winehouse: Jimmy Hendrix, Jim Morrison (The Doors), Brian Jones (Rolling Stones), Janis Joplin y Kurt Cobain (Nirvana).
Sin embargo, olvidan al fundador de tan selecto club: Robert Johnson. ¿Que quién fue Robert Johnson? Un blusero de los años 30 que innovó la manera de tocar la guitarra y puso los cimientos para el rock & roll. Dicen que cuando Keith Richards de los Rolling Stones escuchó sus grabaciones, dijo que Johnson debía de tener dos cerebros para tocar así.
Johnson (nacido en 1911) fue un gran guitarrista sobre el que circula una leyenda negra: que vendió su alma al diablo. Así es, eso del satanismo está desde las raíces del rock. Se cuenta que desesperado por ser el mejor guitarrista del mundo, el buen Robert invocó a su satánica majestad y en el cruce de caminos de la autopista 61 con la 49 en en Clarksdale (Misisipi), selló el pacto. Eso dicen.
Lo cierto, es que tras desaparecer un tiempo, Robert Johnson reapareció convertido en un guitarrista sorprendente que ganó fama rápidamente. Y con la fama, vinieron todas esas historias tan conocidas que les pasa a los rock stars. De hecho, actualmente es reconocido como el Abuelo del Rock.
Pero una infausta noche de verano de 1938, en un concierto, Robert recibió de regalo no una manzana, sino un whiskey envenenado, cortesía de un marido celoso que veía como el guitarrista coqueteaba con su esposa.
Johnson bebió tranquilamente, tocó hasta que no pudo más y días después murió. Tenía 27 años. Su leyenda había nacido, y con su muerte, el Club de los 27, el de los músicos que mueren en plenitud y nos dejan apenas un puñado de discos, como Janis, Jim, Jimmy, Brian, Kurt y Amy, con quien iniciamos esta historia
Para más información sobre Robert Johnson, visiten esta página y vean los siguientes videos:
Love in vain, canción interretada, entre otros por los Stones y por Eric Clapton
Me and the devil blues