¡Corre con todas tus fuerzas! ¡Están detrás de ti! Los comunistas están aquí y te quitarán todas tus pertenencias y tu alma. Parafraseando a Pink Floyd: Disfrázate para que no te descubran y trata de ocultar tu sonrisa vacía y corazón hambriento mientras los martillos (comunistas) golpean a tu puerta, corre… ¡huye!
¿Le suena ridícula y anacrónica la anterior frase? Claro, sin duda. Sin embargo, para la oposición política en México, el comunismo es un enemigo al que aún hay que enfrentar y dicen que el presidente López Obrador lo encarna; sí, suena ridículo que acusen de comunista a un presidente que aplica medidas neoliberales como el recorte a la cultura y que las universidades tengan jaloneos para no ver mermado su escaso presupuesto.
Pero este es el más reciente escarceo discursivo con el que la oposición intenta aniquilar al régimen del presidente López Obrador a quien acusan, nuevamente, de comunista. Y todo por un comunicado del líder de Morena, Alfonso Ramírez Cuellar, en donde sugiere que el INEGI revise el patrimonio inmobiliario (bienes inmuebles).
No sé si fue falta de comprensión lectora o mala leche porque de inmediato empezaron a circular las notas de que el INEGI se iba a meter a tu casa a revisar tus muebles (de un mueble a un inmueble hay una enorme diferencia) y fiscalizar tu riqueza. Morena nos lleva al comunismo gritaron histéricos los señores del dinero y sus aliados y esbirros que aún no digieren la derrota del 2018.
¿De verdad creen que van a recuperar votos invocando al fantasma del comunismo y al espíritu del senador norteamericano McCarthy, que persiguió inquisitoriamente a presuntos comunistas? Esto lo único que nos demuestra es que la oposición sigue anclada en ideas arcaicas y que no tienen capacidad para generar un discurso renovado.
Miren que decir que vienen los comunistas cuando el muro de Berlín cayó hace 30 años y más de la mitad de la población de mexicanos (65.2 millones de personas) nacieron después de ese hecho histórico y para quienes el comunismo y socialismo les resulta algo completamente ajeno. De ese tamaño es la inexistencia de la renovación discursiva de la oposición.
Otro ejemplo, de que discursivamente están derrotados es que se alinean al discurso del presidente y a su gobierno le llaman también Cuarta Transformación, si tuvieran inteligencia política, lo primero que tendrían que hacer es no seguir el discurso de quien dicen combatir.
Pero al parecer, ni se han enterado de que el régimen socialista cayó y que la URSS ya va para tres décadas de extinta, que a mediados de los 90 los socialistas estuvieron a punto de regresar por la vía electoral al poder en Rusia, pero fueron derrotados por Yeltsin en las urnas apoyado por asesores políticos que usaron comerciales y frases sospechosamente parecidas a las que el PAN usaría en 2006 en las elecciones contra AMLO.
El verdadero enemigo de México no es el comunismo y eso lo tenía bien claro desde 1954 el presidente Ruiz Cortines cuando durante una visita del vicepresidente estadunidense Richard Nixon, éste le insistía sobre los peligros del comunismo, ante lo que el presidente mexicano lo llevó en un auto a las colonias marginadas de la ciudad de México y le dijo, según cita Enrique Krauze en la Presidencia Imperial: “Mire usted, señor vicepresidente, ese es el ismo más difundido en México, ‘el hambrismo’, y ese es el que me interesa erradicar para que no se den los ismos que a ustedes les preocupan”.
Valiosa lección que los opositores anticomunistas trasnochados de hoy debieran entender, porque siempre hace falta una oposición renovada e inteligente.
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