Paralelismos cinematográficos muestran que en quince años Querétaro no ha avanzado en materia de derechos humanos. Tres lustros separan dos escenas casi idénticas. En 2009, la mayoría panista en el Congreso del Estado aprobó por unanimidad la reforma al artículo 2º de la Constitución para “proteger la vida desde el momento de la fecundación”. En 2025, otra legislatura, otra coyuntura, pero el mismo argumento: el PAN y sus aliados bloquean la despenalización del aborto y mantienen al estado en desobediencia judicial.
El montaje es innegable. Afuera, las consignas son las mismas; adentro, las sillas ocupadas por nuevos nombres que actúan viejos roles. La historia política de Querétaro se repite plano a plano, como si el tiempo no corriera y la cámara repitiera el mismo encuadre: un Congreso que reza antes de legislar.
Votando de espaldas a las mujeres
En 2009, ya a finales del gobierno de Francisco Garrido Patrón, la mayoría panista en el Congreso, respaldada por legisladores priistas, aprobó con 21 votos a favor y ninguno en contra la reforma para penalizar el aborto. Aquella sesión, documentada por Tribuna de Querétaro, estuvo marcada por protestas, consignas y la irrupción de mujeres que protestaron en el pleno para denunciar la imposición religiosa en la política. Mientras tanto, los diputados votaban de espaldas a las mujeres.
Entre quienes avalaron la reforma estaba Sonia Rocha Acosta, entonces diputada del PAN y hoy, paradójicamente, titular de la Secretaría de las Mujeres del gobierno estatal, dependencia destinada, al menos en el discurso oficial, a promover los derechos que ella misma contribuyó a restringir hace quince años.
En esa misma legislatura participaba Marco Antonio León Hernández, entonces integrante del grupo parlamentario de Convergencia y actualmente regidor del Ayuntamiento de Querétaro por el Partido Verde. El bloque panista-priista celebró la votación como una victoria “por la vida”, pero en los hechos convirtió a Querétaro en uno de los primeros estados del país en blindar jurídicamente el aborto, antes incluso de que existiera consenso nacional sobre los derechos reproductivos.
Quince años después, poco ha cambiado en el fondo. Aunque el PAN ya no tiene la mayoría, conserva el control de las comisiones clave y utiliza maniobras parlamentarias para frenar la despenalización del aborto.
2025: la sesión de la vela perpetua
El jueves 30 de octubre de 2025, la Comisión de Administración y Procuración de Justicia del Congreso se reunió para discutir el dictamen que proponía eliminar del Código Penal los artículos que criminalizan el aborto.
Dentro del recinto, la escena fue predecible. Con dos votos en contra, del “independiente” Enrique Correa Sada y el panista Guillermo Vega Guerrero, y una abstención del morenista Homero Barrera McDonald, la comisión desechó la iniciativa que habría armonizado la legislación queretana con los criterios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El diputado Barrera justificó su abstención alegando que “no conocía el dictamen”. Ningún otro argumento jurídico quedó registrado.
Con esta votación, Querétaro se mantiene entre las pocas entidades del país donde el aborto sigue tipificado como delito. Mientras otros estados ya lo han despenalizado, aquí aún se castiga con penas de uno a tres años de prisión, salvo en casos de violación o riesgo de vida. El contraste con los fallos de la Suprema Corte (2021 y 2023) es total: la ley federal avanza, pero el Congreso queretano insiste en rezar antes que legislar.
Retroceso en derechos humanos: Alejandra Martínez
“Nunca había visto un nivel de desprecio como el que miré en Enrique Correa y en Guillermo Vega. Un nivel de desprecio hacia las mujeres, un nivel de satisfacción por haber aprobado lo que aprobaron”, declaró Alejandra Martínez Galán, activista feminista y académica, quien presenció la sesión en la que los legisladores panistas votaron por desechar la iniciativa de reforma al Código Penal estatal.
La académica sostuvo que la discusión estuvo marcada por preceptos religiosos y argumentos que “ya están superados en México”, pero que en Querétaro se retomaron para negar los derechos reproductivos de las mujeres. “Cada punto del dictamen iba de mal en peor. Se dice que se protege la vida, pero en realidad se trata de una condena muy clara a los derechos reproductivos de las mujeres, una vez más”, expresó.
Para la docente universitaria, lo ocurrido representa un retroceso en materia de derechos humanos y una muestra de cómo la actual Legislatura “no estuvo a la altura de las expectativas de cambio”. “Desde 2008 he insistido en que el aborto debe discutirse en Querétaro, y nunca había visto este nivel de misoginia tan frontal en los rostros de los diputados”, lamentó.
“Es muy triste que, en lugar de avanzar, vayamos en retroceso. Las mujeres de Querétaro merecen un Congreso que escuche, no uno que decida por ellas”, concluyó.
Víctor López Jaramillo 