Finalmente, tras un mes de presentaciones, debates, encuentros y desencuentros, la comunidad de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) ha elegido a quien encabezará la Rectoría a partir de enero del 2018 hasta enero de 2021. Con amplia mayoría, rebasando las dos terceras partes que pide el Estatuto Orgánico, fue electa la doctora Teresa García Gasca.
De este proceso electoral, cabe destacar dos hechos: el intento de intromisión por parte del Gobierno del Estado y el rechazo de los universitarios a esas prácticas políticas, quienes en amplia mayoría optaron por respaldar a Teresa García en contra de las propuestas de los doctores Arturo Castañeda, de Contaduría y Administración, y Blanca Gutiérrez, exdirectora de Filosofía.
Las elecciones son momentos coyunturales donde afloran y confluyen afectos y desafectos. Es en donde se definen los proyectos futuros y se hacen análisis de los procesos pasados. Suele usarse como lugar común decir que en cada elección se califica a la administración saliente, aunque esto no sea necesariamente cierto en todos los aspectos por los diversos factores que se juegan en cada elección.
Cada elección universitaria es un momento en el que se convierte en un pulso entre la tentación de gobierno de intervenir y la propia comunidad universitaria de hacer efectivo la autonomía obtenida décadas atrás.
Pero pocas veces se había visto una intentona como esta, en donde el primer día de auscultación se identificaron a operadores políticos identificados con una de las dependencias del gobierno estatal tratando de “mover votos”, de influir directamente en la decisión de los universitarios.
Dicha práctica fue denunciada y para la segunda ronda de auscultación, ésta se vio disminuida; sin embargo, se presentó la peor de todas las intromisiones, y esta vez por parte del gobernador Francisco Domínguez, cuando a media jornada de votación declaró que ya había una ganadora y había un acuerdo entre los finalistas Teresa García y Arturo Castañeda.
En política la forma es fondo y no sé si la declaración del gobernador se hizo con toda la intención de deslegitimar el proceso electoral en marcha, pero pareció que así fue, lo cual hizo que la comunidad universitaria repudiara una vez más sus intromisiones.
Lo que siguió fue parte de una comedia de errores. Una presunta declinación, la cual no es posible hacer a media jornada electoral y la insistencia de un presunto pacto, el cual fue negado posteriormente por la directora de Ciencias Naturales.
Sin embargo, ese ruido político de mediodía no fue suficiente para descarrilar el proceso. La intentona del gobernador sólo hizo que la UAQ cerrara las y decidiera en amplia mayoría escoger a la candidata Teresa.
En esta jornada de elección, quedó demostrada la postura de los universitarios de rechazo a la injerencia de Gobierno del Estado en la elección.
El amplio triunfo en las urnas nos habla del respaldo a la propuesta. Lo que sigue es definir el rumbo con base en su propuesta de campaña, tras sumar las opiniones que se hayan hecho durante las visitas a las unidades académicas y diversos campus.
Y de manera inmediata, lo que sigue para la Universidad es cerrar las y seguir fortaleciéndose.