Mientras en su toma de protesta como nuevo gobernador constitucional Mauricio Kuri González afirmaba, de manera entusiasta y optimista, que viene lo mejor para Querétaro; justamente el rostro oscuro de lo peor del estado se encargaba de desengañarlo con la furia de los elementos naturales que dio muestra de la fragilidad de la infraestructura urbana de los municipios metropolitanos.
En su discurso inaugural -tan optimista que parecía la canción Tiempos Mejores de Yuri-, el gobernador Kuri dijo que construirá el futuro, sin embargo, primero tendrá que empezar a reconstruir el presente tan dañado que quedó tras las lluvias torrenciales que azotaron el estado y que han dejado al menos cuatro víctimas mortales.
Las catástrofes no solo son naturales sino también tienen su elemento social y el caos que se vivió en San Juan del Río y Querétaro tiene su origen en la nula visión urbana de quienes autorizaron el modelo de ciudad que ahora se colapsa en época de lluvias.
Por ejemplo, hace dos décadas en San Juan se autorizó la construcción de viviendas a orillas del río, que en época baja parece más un hilo de agua pero que tras el verano recupera la memoria y el caudal arrasa con todo a su paso y deja a familias con pérdidas en su patrimonio.
Hoy, las autoridades estatales y municipales condenan que se haya edificado en esas zonas vulnerables pero el daño ya está hecho. Las tragedias no solo son naturales, también son políticas, insisto.
¿Cuántas decisiones de autorización de fraccionamientos construidos recientemente estaremos lamentando en años siguientes por esta falta de visión de desarrollo urbano? Espero que ninguna.
En el caso de la capital del estado se podrá argumentar que siempre se inunda, incluso este reportero publicó en redes sociales un recorte de un diario de 1991 donde la nota principal era sobre que la ciudad, entonces prácticamente una aldea comparándola con sus dimensiones actuales, se había inundado y se hablaba de la construcción de un drenaje profundo. Sin embargo, ¿se hizo algo efectivo de 1991 a la fecha? ¿O simplemente se apostó a que el sol secara la ahogada memoria para que se olvidara hasta la siguiente inundación?
Y si las noticias de las inundaciones son repetitivas, lo son también las declaraciones de los políticos en su búsqueda del ascenso al poder, ¿cuántos dijeron que ya no nos volveríamos a inundar?
Kuri González anunció un ambicioso programa de obra pública para detonar la economía estancada por la pandemia, el cual consta de una inversión de mil 66 millones de pesos, de las cuales más de 130 serán de corte social para infraestructura y vivienda.
¿En ese paquete, cuantas obras habrá para mejorar la cuestión hidráulica en el estado y aminorar los efectos de las lluvias para no depender de la furia de los elementos sino saber prevenir? ¿Mauricio Kuri romperá el circulo de las inundaciones o apostará a obras de relumbrón como sus antecesores? Está en las manos del nuevo gobernador decidir su papel en la historia.