Y los panistas callaron…


Y los panistas callaron… y de su mano sin fuerza cayó su copa sin darse cuenta…, así, al más puro estilo José Alfredo Jiménez andan penando los panistas que sintieron que su vida se perdía en un abismo profundo y negro como su suerte, como dice la canción, cuando un jurado en Nueva York declaró culpable a su superpolicía Genaro García Luna de introducir cocaína a Estados Unidos e incluso hasta de traidor a México lo calificaron.  

Los panistas quisieran que Genaro García Luna fuera solo un mal sueño, una pesadilla o algo que no quieren recordar, gritar que nunca existió; sin embargo, tras el juicio en la Gran Manzana su nombre representa el espíritu de lo que fueron las dos administraciones federales panistas consecutivas: un amasiato entre el Estado y el crimen organizado. 

El panismo perdió su brújula ideológica e histórica. ¿Dónde quedó ese panismo del sigo XX que eran Quijotes para tratar de volver a México democrático? ¿Dónde quedó ese panismo que decía que en la política no debe haber ilusionados para que no hubiera desilusionados, a sabiendas que peleaban contra molinos de viento priistas? Ganaron el poder, pero perdieron el partido, como profetizó Carlos Castillo Peraza

Durante años, el PAN defendió la guerra contra el narco como un recurso inevitable, como la única opción para salvar la seguridad del país. Hoy se ha comprobado que fue un punto de corrupción mayor en la historia de México (y miren que es difícil estar en el top 5 en este país). 

Imagino a Felipe Calderón con la mirada perdida y la sonrisa desencajada mientras jura y perjura que no sabía lo que hacía Genaro García Luna cuando fue secretario de seguridad en su sexenio. Igual a Santiago Creel, quien fuera secretario de gobierno con Vicente Fox, quien dice que García Luna era un funcionario de rango menor y por eso no tuvo tratos con él en el foxismo. 

La amnesia suele ser una mala consejera política y puede cobrar facturas enormes a quienes padecen el síndrome de San Pedro por negar a quien fuera su superpolicía: ahora resulta que García Luna nunca estuvo a la altura de la vida del panismo y por ello nunca fue militante de su partido. Dos sexenios panistas manejando la seguridad y ahora que está en desgracia lo niegan. Ni San Pedro, en serio. 

En Querétaro los panistas están en la misma lógica del panismo nacional: lacónicos y perdidos. Luis Bernardo Nava, quien en sus ratos libres dice que se desempeña como alcalde de esta caótica ciudad, sólo pidió dejar a las instituciones impartir justicia. Roberto Sosa, alcalde de TikTok, dijo que están estudiando a ver qué hacen en el partido. Sólo Ignacio Loyola Vera, diputado y que en sus tiempos como gobernador cuidaba al perico Blas, fue un poco más allá y dijo que la corrupción no empezó ni termino con García Luna y aprovechó para criticar a López Obrador

Y así anda el panismo: perdido en un abismo profundo y negro como su suerte. 

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