Cual si fuera nuevo rico que ha recibido su American Express Platinum por primera vez, el gobernador Mauricio Kuri ha decidido solicitar un crédito de 3 mil 300 millones de pesos para crear infraestructura eléctrica y movilidad a pagarse en su totalidad en agosto de 2027 —claro, mediante intereses de por medio—. Y todo sólo con el poder de su firma.
Y vaya súper tarjetota de crédito debe tener el góber porque a la de ya, 11 bancos y financieras muy caritativas se pusieron a las órdenes del mandamás estatal para apoquinar la lana.
No es la primera vez en la historia reciente de Querétaro que el estado pide un crédito; lo han hecho panistas y priistas. Incluso el documento Financiamiento y Deuda Pública del Estado de Querétaro, 1993-2019, realizado por la subdirección de Análisis Económico de la Cámara de Diputados destaca en su página 11 que nuestro estado tiende a la disciplina financiera. Y sí, al salir el gobernador Francisco Domínguez anunció que el estado ya no tenía deuda pública.
La deuda no es buena o mala por sí misma, todo depende en que se gaste. La falta de disciplina fiscal del gobierno de Echeverría, que ante su falta de capacidad recaudatoria se vio obligado a contraer deuda para poder seguir financiando sus proyectos generó y al final se desplomó la economía del país.
Sin embargo, hay algo sospechoso en este nuevo crédito solicitado. De manera sintética, el presupuesto de los estados tiene su origen en participaciones federales, impuestos estatales y, precisamente, la contratación de deuda. En el caso queretano, el gobernador Kuri decidió cobrar un nuevo impuesto a los queretanos poseedores de un vehículo al obligarlos a cambiar sus placas so pretexto que dicho dinero sería usado para mejorar la seguridad y que dichas láminas tendrían una tecnología para coadyuvar en la lucha contra el crimen. A un año, muchas de esas placas se están despintando y otras están muy dañadas.
El dinero obtenido de ese impuesto no se ha visto reflejado en una mejorar sustancial de los niveles de seguridad en el estado. El problema es que ahora, además de esto, ahora se recurre al endeudamiento, pero lo malo para el actual gobierno es que quienes manejaron el financiamiento de la deuda estatal en anteriores gobiernos panistas no están ya en su equipo de gobierno.
En el terreno de lo político, es un nuevo desgaste para Mauricio Kuri porque suma un nuevo descalabro ante la opinión pública que ve con recelo esta nueva deuda y no sabe bien en qué se va a usar. La buena noticia para él es que el costo no lo paga sólo su gobierno y el PAN, sino que también arrastraron a Morena cuando sus diputados lo aprobaron y provocó un choque entre ellos y la dirigencia estatal evidenciando que la oposición no está unida. Una de cal por las que va de arena para Kuri, políticamente hablando.
Víctor López Jaramillo 