After the rain #Lluvias #Querétaro


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Víctor López Jaramillo

La lluvia es un tema que adoran los compositores de baladas y que odian los políticos.

Los melancólicos que se reconfortan con las gotas de lluvia caer sobre su cabeza o que se entretienen viendo como la piel de una gota se resbala lentamente en el cristal de su ventana mientras la calle se llena de humedad.

Canciones se han inspirado en este fenómeno meteorológico, “¿Has visto la lluvia caer?, “¿Quién detendrá la lluvia?” o “Después de la lluvia”.

Y esa es la pregunta que nos hacemos. ¿Y después de la lluvia? Los románticos dicen que después de la lluvia saldrá el sol y renaceremos otra vez, pero eso no es lo que precisamente sucede en México ni en Querétaro.

Cuando las primeras nubes negras se asoman en el horizonte, los enamorados suspiran, pero son más los ciudadanos que tiemblan. La lluvia puede paralizar la ciudad, puede destruir viviendas, puede ahogar sueños.

Los políticos odian las lluvias. Los torrentes de agua desnudan sus incompetencias, ven como sus obras de infraestructura son infructuosas. Ven expuestas sus debilidades. La lluvia no pacta con la corrupción y evidencia el mal trabajo, los permisos indebidos para construcción en zonas inseguras.

¿Culpar a Tláloc de los desastres ocasionados por su furia? ¿Y por qué no exigir cuentas a los funcionarios que en el plano terrenal nunca toman previenen, que sólo buscan la ganancia política y económica inmediata sin analizar riesgos?

“Lluvias atípicas”, dicen. “Este año llovió más que en cinco años juntos”, pretextan”. No es su culpa, dicen. Lamentablemente, muchas de las tragedias ocasionadas por los huracanes Ingrid y Manuel sí son responsabilidad de quienes gobiernan.

Después de la lluvia salió el arcoíris de corrupción e ineficiencia. Después de la lluvia las calles se volvieron canales y muchos patrimonios se perdieron. Guerrero es el más claro ejemplo.

¿Y Querétaro? También padecimos las consecuencias de lo que a los funcionarios les fascina llamar lluvias atípicas. Viernes y sábado la ciudad convertida en un caos, Bernardo Quintana cual replica de canal veneciano, calles convertidas en pequeñas lagunas.

“Es la naturaleza, le estamos haciendo mucho daño y así es como nos avisa”, dicen los optimistas. En realidad, en Querétaro cualquier lluvia provoca enormes encharcamientos y administraciones van y vienen y ninguna mengua el problema.

Se hacen obras que solucionarán, dicen. Funcionan un año y al quinquenio se vuelve a sufrir de inundaciones.

¿Castigo divino por haber movido de su lugar original a la Fuente de Neptuno o ineficiencia de nuestra clase política de hacer una verdadera obra de ingeniería que evite grandes riesgos y paralizaciones de la ciudad con cualquier lluvia?

Después de la lluvia se evidencia lo desnudo del traje del emperador que presume obras de vialidades y estas se inundan, se convierten en canales. Porque eso, significa incompetencia.

Después de la lluvia, se evidencia lo suertudo que somos de vivir en Querétaro que con un poco de agua que caiga del cielo, ya tenemos una pequeña Venecia.

Después de la lluvia debe de venir el reclamo ciudadano y exigir verdaderas soluciones, no sólo de membrete ni de nombre de programa social.

Después de la lluvia, viene el reacomodo, intentar sobrevivir a la humedad que deja la corrupción y esperar que salga un arcoíris. Después de la lluvia.

Para concluir, cito al doctor Edmundo González Llaca, que en un reciente artículo afirma que  “los ciclones no son corrupción, pero sí el permitir los asentamientos irregulares al pie de los cerros o a la orilla de los ríos; la corrupción no está en las lluvias, pero sí en las malas carreteras y en la construcción de puentes con material deficiente. Las desgracias ecológicas no  son corrupción, pero al no conocer ni prestarse a las trácalas de la humanidad, son los más grandes denunciantes de las pillerías. La naturaleza no sabe de complicidades.”

Para usted, ¿qué sigue después de la lluvia?

4 Comentarios

  1. Así es Víctor, me tocó el viernes, mi coche, ¿a quién cobrarle los desajustes? en fin, fui a Querétaro y me «agarró» la lluvia, me quedé en 5 de Febrero, tres horas o más de regreso a SJI, ¿qué más puedo pedir que volver con bien? pero no del todo, las horas, la inseguridad al pasar por las calles a más de la media noche de las colonias como San Pablo, llenas de piedras y gente mirando misteriosamente mientras las patrullas se alejaban, mi miedo a que ahí se apagara el coche y entonces qué, en fin, me tocó conocer el lado húmedo de Querétaro, en fin, alguien me dirá ¿qué diablos andabas haciendo por allá, si ahí no vives?

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  2. La gran realidad de nuestro México y peor aún de nuestra corta memoria es olvidar muy rápido lo que sucede. Obras muy mal planeadas eso si anunciadas con bombo y platillo. Lo grave del asunto es que el gobierno local ya anuncio con bombo y platillo una inversión de 35 mdp para arreglar lo mal construido yo me pregunto supuestamente la ampliación de carriles en Bernardo Quintana y el paso por el Acueducto debió de contemplar el desagüe por las lluvias!!!!! Muy mal los gobiernos siguen igual de corruptos e ineficientes!!!!!

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  3. ¡Hola buen día o buenas noches! Me gusto mucho este artículo, me fue muy útil y me sirvió mucho para la investigación que me dejaron de tarea. ¡Gracias! Por cierto sÍ cité: López, V. (24 de Septiembre de 2013). El Blog de Víctor López Jaramillo. Recuperado el 2015 de Septiembre de 24, de After the rain #Lluvias #Querétaro: http://wp.me/pEXnm-dq

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