Víctor López Jaramillo
En política, las decisiones debieran ser fruto de profundos razonamientos y análisis para una mejor obtención de resultados. Sin embargo, no siempre es así. A veces, el actuar por reflejo, por instinto, genera una respuesta mejor o peor, dependiendo de la habilidad y capacidad del actor político de saber leer los tiempos y las coyunturas políticas.
Reacciones a botepronto tenemos muchas en nuestra política. Algunas memorables, otras definitorias de la falta de capacidad de la clase política. Entre las primeras tenemos la respuesta que dio el presidente Adolfo López Mateos a su homólogo estadunidense John F. Kennedy cuando en plena negociación del territorio El Chamizal le dijo “no soy agente de bienes raíces”, con lo cual desconcertó al norteamericano y aceleró el acuerdo.
Caso contrario son las respuestas de Vicente Fox Quesada. Por ejemplo, cuando le preguntaron sobre cómo iba a actuar entre la disputa entre dos televisoras que incluso llegó a la toma de las instalaciones de transmisión, el de Guanajuato simplemente respondió: “¿Y yo por qué?”, con lo que evidenciaba la parálisis de su administración.
Claro, a veces un político puede ser luz y sombra por sus respuestas y por sus silencios. El alcalde Roberto Loyola Vera, es un claro ejemplo de ello.
Este domingo por la noche, en Twitter empezó un terremoto. Se dio a conocer un tuit de Edgar Collantes, quien hasta entonces laboraba como Auxiliar Jurídico en la Secretaría General de Gobierno Municipal, en donde se mofaba con expresiones racistas de las vendedoras de origen indígena y de los comerciantes ambulantes.
En febrero del 2009 había sido asignado como auxiliar del Inspector Autoridad para los juegos de futbol en el Municipio de Querétaro. En marzo de este año había escrito “Auxilio! Siento que me ahogo en un mar de comerciantes indígenas jajaja” (sic) y apenas el sábado había escrito: “Lidiando con marias” (sic).
Apenas empezaron a circular sus comentarios, la respuesta de los usuarios de redes sociales no se hicieron esperar y condenaron las frases racistas y discriminatorias de este funcionario público. En plena vorágine de comentarios, el alcalde Roberto Loyola escribió en su cuenta de Twitter: “Nadie que piense así, debe ser parte del Servicio Público. Buenas noches”. Eso calmó un poco los ánimos y ganó el aplauso fácil. Fue una reacción instintiva con resultados positivos.
Sin embargo, hay otros temas que aún no han explotado en redes sociales y aunque conoce el tema, el alcalde capitalino guarda silencio, como es el caso de la donación de un predio a la Estancia del Migrante González y Martínez A.C.
Resumo el caso: el 14 de Septiembre de 2012, se publicó en la Gaceta Municipal de Querétaro el Acuerdo de Cabildo por el cual se autorizó la entrega del predio con clave catastral 140100109277001 para construir un centro de ayuda a la población migrante.
Cabe destacar que la Estancia del Migrante es, desde hace 13 años, una organización sin fines de lucro que proporciona ayuda humanitaria a los migrantes que transitan por Querétaro; además de difundir, promover y defender sus derechos humanos.
Sin embargo, a más de un año de haber sido donado, no se les ha permitido iniciar la construcción del albergue debido a que, según afirman en una carta, “las instancias y funcionarios a quienes les corresponde atender el tema no han respondido a nuestros múltiples intentos de establecer un diálogo y generar acuerdos.”
Es momento de que el alcalde tome una determinación. Por el momento, una petición en la página Changes.org donde solicitan al alcalde respeto al acuerdo, empieza a circular en la red y ya ha generado que 200 personas firmen.
¿Reaccionará hasta que la bola de nieve se convierta en alud, como ha sucedido en otras situaciones –como el caso del Jardín Guerrero- o apostará a actuar de manera expedita como en el caso de los tuits? ¿O es que acaso sólo se interesa en los temas cuando explotan en redes sociales? Es el momento de definir y dar respuestas verdaderamente políticas, no sólo reacciones a botepronto.