Víctor López Jaramillo
En 1949, cuando el gobernador Agapito Pozo Balbás solicitó licencia ante la Legislatura para abandonar el cargo de gobernador de Querétaro, Eduardo Luque Loyola fue designado como gobernador interino para complementar el periodo 1943-1949.
Luque Loyola, quien aspiraba a ser gobernador constitucional, vio así truncadas sus aspiraciones y en vez de gobernar por seis años, tuvo que conformarse con hacerlo por seis meses. Asumió el cargo con la idea de ser “el cuidador de Palacio”, y de seguir la línea marcada por su antecesor, además de resolver los problemas que se presentaran en el resto del periodo, esto de acuerdo al periodista David Estrada, quien así lo narra en su libro “Querétaro en la memoria de sus gobernantes 1939-1985”.
Esa frase de Cuidador de Palacio define a la perfección también el papel que jugará el nuevo gobernador sustituto Jorge López Portillo Tostado, quien asumió el cargo tras la licencia de José Calzada Rovirosa, quien parte a la Ciudad de México a integrarse al gabinete del Presidente Enrique Peña Nieto.
Calzada abandona la gubernatura en pleno proceso de entrega recepción, el momento fundamental de la transición. Traicionando sus palabras de que gobernaría por seis años completos, José Calzada abandona en el ocaso a su barco, para brincarse a otro barco que también parece hundirse pero cuyo capitán, Enrique Peña Nieto, da golpes de timón para salvarlo.
En el más puro estilo autoritario priista, el gobernador deja su cargo para incorporarse al gabinete federal, sin importar lo que suceda en la entidad. Justo como se hacía en la Presidencia Imperial priista, término acuñado por Enrique Krauze, cuando el presidente omnipotente podía remover gobernadores a su voluntad. Lo que sucedió el 27 de agosto de este año es una muestra más del intento restaurador del autoritarismo priista.
Apenas un mes y una semana faltaba para que Calzada terminara su periodo. ¿Acaso no podía esperar ese tiempo el exgobernador para dejar su cargo en el estado a cuyos ciudadanos tanto quiere, según dijo en su videoinforme hace apenas un mes? No, al parecer, en la Restauración Priista, los deseos del presidente imperial siguen siendo órdenes.
NEGRO HISTORIAL DE JORGE LÓPEZ PORTILLO
Si la genuflexión de los estados priistas al presidente imperial es una de las cosas que preocupa, es más preocupante quién fue designado sucesor. Jorge López Portillo Tostado, llega con un negro historial.
En su currículo como secretario de Gobierno destaca que ha amenazado a comunicadores y ha sido acusado de nepotismo porque gran parte de su familia nuclear labora en gobierno del estado. Se ha enfrentado a la empresa Uber, más porque su hijo es socio de una App rival directa de la empresa, que por asuntos legales.
Es decir, el gobernador sustituto no se ha distinguido por ser democrático ni abierto a la crítica. A sus críticos, como el locutor que criticó la inseguridad, lo llamó putarraco. Así es su nivel de tolerancia.
Tiene un mes de gobierno. Un mes, que estará más absorto en el proceso de entrega recepción que en ejercer acciones de gobierno.
Jorge López Portillo Tostado será gobernador sustituto cuando la Constitución local también prevé la figura de encargado de despacho de la gubernatura. Sin embargo, los legisladores decidieron nombrarlo gobernador. Pero más que gobernador, será un Cuidador de Palacio.