La rana hervida queretana


Santa María Magdalena, en medio de las balas
Santa María Magdalena, en medio de las balas

Víctor López Jaramillo

El legado de descomposición social que el gobierno de José Calzada-Jorge López Portillo deja a Querétaro se ve reflejado en la dramática situación que viven los habitantes de Santa María Magdalena y el halo de violencia que se ha adueñado de sus calles.

La tranquilidad se ha roto. Lejos de hablar de los tradicionales tacos de canasta, sus lolos y su tradicional feria del mole, ahora las noticias son sobre los robos al tren y las balaceras que se suscitan.

Aunque las autoridades lo nieguen, los vecinos de Santa María Magdalena conviven con la violencia cotidiana. Desde los vagones del tren, se dispara sin miramientos contra los habitantes. Y, además, se les criminaliza, práctica habitual en este gobierno, tanto local como federal, de culpar a la víctima.

Cerrar los ojos a la realidad

El problema no surgió por generación espontánea, creció lentamente y las autoridades no hicieron nada para frenarlo. Anclados en el discurso de que Querétaro es de los estados más seguros, optaron por cerrar los ojos a la realidad e inundar de propaganda asegurándonos que vivíamos en un mundo feliz.

Santa María Magdalena ya había dado señales de que había sido olvidada por las autoridades. Recordemos que es una de las zonas que más padeció por las inundaciones que las lluvias atípicas, según las autoridades, provocaron.

En medio de soldados y oficiales armados, es decir, entre una Zona Militar y una Terminal Intermodal de Carga, la localidad se ha convertido en un lugar donde la inseguridad ha anidado.

Los robos a los trenes de carga que pasan se han vuelto cosa común. Ahora, los enfrentamientos con armas de fuego con saldo de heridos empiezan a ser cosa de todos los días. ¿Qué sigue?

Hierve la rana

Imagine usted una rana a la que echan en una olla con agua tibia. Como no es mucho el calor, la rana lo soporta. Pero el calor aumenta poco a poco; la rana se adapta a esos pequeños incrementos de temperatura. Y sin darse cuenta, el agua alcanza punto de ebullición y con ello, la rana muere.

A esto se le llama el síndrome de la rana hervida y es lo que nos pasa en Querétaro. Los hechos de violencia poco a poco han aumentado. Pero como son pocos, la autoridad los niega. Luego, una comunidad en Santa Rosa Jáuregui empieza a tener altos índice de delincuencia que lleva a que incluso la policía dude en entrar a ella. Pero no pasa nada, creemos que podemos soportar eso. Después, otra localidad, ya en zona conurbada, vive asaltos al tren con balaceras y se hiere a vecinos. ¿Vamos a seguir con esa actitud? ¿Qué colonia, que localidad sigue en ser presa de la delincuencia?

Acusaciones entre priistas y panistas

En estos días de entrega-recepción, el equipo de Francisco Domínguez acusó al gobierno saliente de Calzada-López Portillo de no entregarles el Programa Estatal de Seguridad Pública que exige la ley. Entre dimes y diretes entre equipos de gobierno, empiezan a mostrarse las grandes grietas que deja el gobierno priista. Y la seguridad pública es una de ellas.

Lo que sucede en Santa María Magadalena es una muestra palpable del deterioro del tejido social.

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