En ámbito local hay temas que vuelven una y otra vez a comentarse dentro de la opinión pública. Para el queretano contemporáneo, las inundaciones se han vuelto parte de la escenografía de la ciudad desde mediados de verano hasta casi entrado el otoño.
Las inundaciones que hemos padecido en la capital las dos pasadas son resultado de una mala planeación urbana y falta de creación de infraestructura pluvial.
Lo singular de esta circunstancia es que nuestros gobernantes lo saben. Conocen perfectamente lo vulnerable que es la ciudad de Querétaro ante las lluvias.
Y pese a saberlo los presidentes municipales de manera abúlica en décadas no han realizado acciones concretas para solucionar o aminorar esta problemática.
En lo que va del siglo XXI, recordemos que el panista Armando Rivera siendo alcalde prometió que la ciudad no se volvería a inundar tras el desastre que se vivió al inicio de su trienio. Durante el periodo de Manuel González Valle situaciones similares. La respuesta del gobierno panista fue que eran “lluvias atípicas”.
Con el panista Francisco Domínguez en la capital y el priísta José Calzada en la gubernatura, la repartición de culpas comenzó entre los partidos y las inundaciones se volvieron parte de la agenda electoral.
Durante su campaña a la capital queretana, Roberto Loyola acusó que los panistas no habían construido la infraestructura pluvial para las demandas de una ciudad en constante crecimiento.
Finalmente, Loyola es alcalde y sus esfuerzos se van en obras de ornato. En dos años, de su programa de mil obras, apenas 15 eran de tipo pluvial. Resultado: la ciudad volvió a sufrir inundaciones. Y la respuesta del gobierno fue ridícula: los drenes funcionaron pero las lluvias nos ganaron o bien, que era culpa de los ciudadanos por tirar basura en las calles.
Y el PAN, en la búsqueda del regreso al poder, culpa del desastre al gobierno priísta sin asumir responsabilidad alguna por los años en que estuvieron al frente.
Prueba de ellos son las declaraciones del entonces diputado Marcos Aguilar, quien en la búsqueda de la alcaldía, no dudó en tomar la bandera de las inundaciones y envolverse en ella y arrojarse al vacío de la retórica política.
En el 2014, Aguilar Vega escribió en su cuenta de twitter que era “Inaceptable que en 2 años de trabajo y mil obras, ninguna sirva para impedir que con cada lluvia haya daños en viviendas de los queretanos”.
Y un año después, ya siendo candidato, escribió en esa misma red social: “La lluvia llega en buen momento, en el que se necesita purificar esta tierra y eliminar el mal gobierno del PRI”.
Hoy, el alcalde Marcos Aguilar tiene que enfrentarse a sus propios dichos. Las lluvias del pasado jueves causaron daños en viviendas de los queretanos. Siguiendo sus propias palabras, podríamos decir que es inaceptable que no se haya hecho nada para evitar esto. A cambio, el gobierno del panista nos ofrece respuestas similares a las que nos dio el PRI en su momento: los drenes funcionan y es culpa de los que tiran basura.
Excelentes para ver los errores en el gobierno ajeno, nuestros políticos son incapaces de asumir errores y mucho menos de ofrecer soluciones concretas en el corto y mediano plazo.
Mientras no se realice una gran obra pluvial y se regulen los cambios de uso de suelo tan frecuentes en los años recientes, las inundaciones en las colonias se repetirán y los candidatos querrán sacar raja política de ellos.
En tanto, en el gobierno de Marcos Aguilar, estamos a PAN y el agua que nos inunda.