Cuando un alcalde cayó por el tema de la basura


Por cambiar el sistema de recolección de basura que funcionaba de manera eficiente y que de inmediato comenzó a deteriorarse, un alcalde fue destituido.

Calma, calma, no estoy prediciendo el futuro, por el contrario, estoy mirando al pasado y hacia otras latitudes. Al caso que me refiero sucedió en Bogotá, Colombia hace menos de un lustro y lo traigo a colación para entender cuan delicado puede ser el tema de recolección de basura para un gobernante, sobre todo por la situación que vivimos actualmente en Querétaro.

De acuerdo con información del diario colombiano El Tiempo, para cumplir con un mandato de la Corte Constitucional, emitido el 18 de diciembre de 2012, se cambió el modelo de recolección de basura en la capital colombiana. El cambio implicaba incluir a los sistemas de recicladores.

Gobernaba Bogotá Gustavo Petro. Cuatro empresas privadas se hacían cargo de la recolección de basura (las cuales eran Aseo Capital, Lime, Ciudad Limpia y Atesa). De acuerdo con información publicada en abril de 2013 por El Tiempo, el alcalde Petro “les había declarado la “guerra” inicialmente y luego volvió a contratar para garantizar la prestación del servicio ante la debilidad del operador público”.

Cabe señalar que el mismo día de diciembre en que comenzó el cambio en el sistema de recolección comenzó la crisis. El diario El Tiempo tituló la noticia como “Con bolsas de basura de todos los colores amanecieron calles de Bogotá”. Agregó que los ciudadanos estaban en incertidumbre al no saber cuándo sacar la basura mientras en algunas colonias se acumulaban los residuos sólidos. Nos suena familiar.

Esto generó una crisis política y jurídica que “llevó a que se le abriera a Petro un proceso disciplinario en la Procuraduría”, informa el portal del diario El Tiempo.

Entre los cargos que se le acusaban fueron que había violado la libre competencia en el sistema de aseo de la ciudad de Bogotá.

La crisis se fue agravando y tuvo un punto culminante con la destitución del alcalde en los primeros meses de 2014 mientras el sistema de recolección se agravaba. Finalmente, Gustavo Petro volvió al cargo, pero los problemas de recolección de basura continuaron.

Evidentemente es una situación distinta a la que vive Marcos Aguilar porque mientras aquí se pasó de lo público a lo privado en el servicio de recolección de basura, en Bogotá la crisis fue por la inclusión de un nuevo actor en el sistema de aseo.

Pero en lo que hay muchas similitudes es en el caos que se vivió en la ciudad, la basura en las calles y el descontento ciudadano. Luego vino la crisis política.

En el caso queretano, se vive un descontento social por el tema mientras que las autoridades y la nueva empresa encargada de recoger la basura solo atinan a pedir paciencia diciendo que pronto se restablecerá el servicio al cien por ciento.

Pero la duda sigue de si el sistema de recolección volverá al eficaz, mientras nuevos conflictos se asoman, como la protesta de los empleados de la empresa Red Recolector por los bajos salarios que perciben y las pocas afortunadas declaraciones del alcalde y los representantes de la empresa en torno al tema.

Y no olvidemos la junta de firmas para realizar un plebiscito sobre si se revoca o no la concesión. Aunque es poco probable que prospere, el gobierno marquista no debería echar en saco roto las peticiones ciudadanas. Veamos el caso de Bogotá, que de un problema técnico de recolección de basura, en tres meses se generó una crisis política y provocó la caída del alcalde.

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