Dentro del Bestiario de la política mexicana hay un monstruo mitológico que acecha a los mexicanos, aún con la resaca de las estas decembrinas.
Ese monstruo se llama Cuesta de Enero y las principales características de dicha bestia consisten en que toma a los ciudadanos sin dinero y con deudas para atacarlos con más aumentos y cobros de impuestos.
Predial, verificación, colegiaturas son los males tradicionales a los cuales se suman los intereses de la tarjeta de crédito y los abonos chiquitos de las deudas adquiridas para festejar Navidad.
Pero este año, el monstruo Cuesta de Enero viene con más fuerza que años anteriores dado que lo refuerza el gasolinazo, otra bestia que si bien atacaba a los bolsillos de los mexicanos, lo hacía de manera escalada y en pequeñas dosis, pero para este 2017 dio el golpe definitivo al aumentar en casi 20 por ciento los precios del vital líquido para los automóviles.
“Será para el bien de nuestros hijos”, dijeron las autoridades hacendarias.
Por si fuera poco, otra bestia que se tenía controlada escapó nuevamente y este 2017 atacará nuevamente los bolsillos de los mexicanos: el Dragón de la Inflación. ¡Ni San Jorge nos podrá salvar esta vez!
Dicha bestia hizo de las suyas en los años 70 y 80, pero las políticas salinistas en los 90 tenían como misión controlarla y así lo hicieron. Con Zedillo se salió de control un par de años pero pasadas las consecuencias del Efecto Tequila del 95, nuevamente se tuvo en calma.
Pero ahora, en los próximos meses, el dragón hará que aumenten nuevamente de manera consecutiva los precios iniciando una espiral inflacionaria.
No, no pinta nada bien el inicio del 2017 con el resurgimiento de tantas bestias económicas que hacía tiempo no atacaban juntas y con tanta fuerza.
¿Cuál es el porqué de esta nueva crisis económica? ¿Tiene su origen en el Efecto Trump? No hay una respuesta única pero podemos localizar su origen en la reforma energética que tanto presumió el presidente Enrique Peña Nieto al decir que con las reformas, los precios de los energéticos no subirían.
Las reformas estructurales que tanto presumió al inicio de su gobierno y que le granjearon gran popularidad a nivel internacional, hoy empiezan a pasar las primeras facturas a los contribuyentes mexicanos.
PRI, PAN, Verde y hasta el PRD fueron partícipes de haber votado esas reformas. Y dentro de los personajes de la política local, en su momento defendieron la reforma energética el hoy gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez que entonces, en su calidad de senador, era partidario de dicha reforma e incluso acudió a un foro a la UAQ donde en su momento fue sumamente criticado por haber votado a favor de la reforma, pero Domínguez se mantuvo en su postura. Esa fue una mala tarde donde le llovieron todas las críticas al entonces senador.
Hoy, como gobernador, tiene que empezar a pagar las consecuencias de sus votos. Muchos queretanos han salido a protestar contra el gasolinazo y los efectos inflacionarios.
No estaría de más recordar que tanto el hoy gobernador como el alcalde capitalino en sus respectivas trincheras legislativas apoyaron dicha reforma que permite la liberalización de los precios de la gasolina. Sin olvidar al entonces diputado Ricardo Anaya. Ni a los diputados locales del PRI y PAN que en diciembre en una sesión el vapor apoyaron los cambios constitucionales. Hoy todos ellos son responsables de la crisis que viene, por más que quieran evadir responsabilidades.
Por ello, muchos queretanos están saliendo a protestar de manera simbólica por este nuevo golpe a la economía popular.
Si bien el año arranca con tanto monstruo económico suelto, por fortuna la espada de la legítima protesta social, por más que le moleste a algunos defensores de ocio del gobierno en turno, se ha hecho presente.
Comienza un 2017 como antesala de la batalla del 2018.