Este lunes 21 de agosto, el tema del día fue el eclipse parcial de sol que pudimos observar desde Querétaro. Y aunque solamente se pudo apreciar un 20% del fenómeno, eso sí, con la debida protección visual, fue el tema de conversación y los consabidos memes.
Día de eclipse y de hacer ejercicio de la memoria. Escuchar ese viejo disco de Pink Floyd, el Dark Side of the moon, que hace alusión a eclipses mentales, y entre canción y canción, repasando las noticias de la semana, fue inevitable el hacer la analogía del sol eclipsado por el lado oscuro de la luna con nuestros eclipsados gobernantes.
Estamos a escasos días de que tanto gobernador como presidentes municipales rindan su informe de gobierno, en el cual nuestros políticos en el poder pretenden lucir radiantes como el sol en su cenit. Y aunque el informe de gobierno a nivel federal ha perdido ese brillo y ya no es el día del Presidente de la República, en los estados —y sobre todo en Querétaro— se pretende preservar esas arcaicas costumbres políticas.
Informes en ambientes controlados, con una asistencia a modo, para hacer sentir al gobernador o alcaldes, que se dan un baño de pueblo y son los bienamados benefactores, que la patria chica necesitaba.
Sin embargo, ese sol radiante, que pretendían para el informe, está siendo eclipsado por el lado oscuro de la inseguridad.
En el caso del gobernador, cuyas principales promesas fueron seguridad, crecimiento económico y reordenamiento del transporte urbano, hoy ve su palabra, puesta en empeño, devaluarse, porque las cifras no le sonríen en dos temas. En el caso del reordenamiento del transporte, sospechosamente pidió al congreso local adecuar las fechas del informe, para que fueran en septiembre, fecha en que el equipo de gobierno de Domínguez tiene planeado dar el banderazo de salida del nuevo sistema de metrobús, o mejor dicho, Qrobus. En transporte, la moneda sigue en el aire.
Pero el aspecto más delicado es en materia de seguridad. Este domingo, el diario nacional Reforma informó que la cifra del delito en nuestro estado se ha incrementado enormemente.
Sin embargo, es en las páginas de EL UNIVERSAL Querétaro en donde, a través de la pluma de Alejandro Hope, se hace el análisis certero, de lo que nos pasa, y sentencia que el problema es mucho más serio. Primero dice que en Querétaro ya empieza a haber ejecuciones de estilo mafioso. Y tras enumerar algunos hechos que el gobierno califica como aislados, sentencia que, al paso que va el estado, a fin de año la cifra de homicidios será dos veces mayor que en 2014. Destaca a Querétaro como una entidad con un enorme éxito económico, pero que el incremento de la violencia ejemplifica que mayor desarrollo no es igual a menor incidencia delictiva; que se deben tomar otras medidas.
Por lo pronto, tanto a nivel estatal como federal deben activar las alarmas. El Querétaro donde no pasaba nada ya sólo vive en la memoria de los habitantes y en la ficción de las declaraciones políticas.
Lo que sigue, debe ser un llamado a la acción. La sociedad civil debe hacer escuchar su voz y reclamar a sus gobiernos. Hace más de diez años en la Ciudad de México, sus habitantes salieron a protestar para exigir más seguridad. ¿En Querétaro sería posible una marcha para exigir seguridad o se prefiere el silencio cómplice? Por lo pronto, los informes de gobierno han sido eclipsados por la violencia e inseguridad.