El periodismo queretano al servicio de los políticos


Este mini-ensayo lo escribí tras el debate entre candidatos a la gubernatura como parte de un ejercicio de un taller en la Maestría en Comunicación de la UNAM sede UAQ. Decido compartirlo porque muchas cosas siguen siendo vigentes, aunque otras sólo se entienden en el contexto de la lucha electoral. ¿Por qué lo publicó hasta ahora? Porque entonces no tenía un blog y por las premuras en cierres de edición y trabajos universitarios lo había olvidado. Recientemente lo encontré buscando otro archivo y decido compartirlo.

Por Víctor López Jaramillo

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Foto tomada por Karla Uribe

Durante el debate entre candidatos a gobernador de Querétaro, Ramón Lorencé, candidato de Convergencia, dijo que en Querétaro la libertad de expresión no existe, que muchos periodistas han perdido su empleo por decir la verdad.

Esta frase, que arrancó leves gestos de aprobación entre los reporteros, no fue retomada por ninguno de los cuatro medios impresos en sus ediciones del día de hoy.

¿Por qué esta declaración no fue retomada? ¿Acaso no es importante el debate entre aspirantes a la gubernatura? ¿Acaso no tocaba un punto central del trabajo periodístico local y los reivindicaba? ¿O en realidad, la afirmación es tan cierta que los propios periodistas se autocensuran aun cuando defienden su labor? ¿A quién informan los medios locales? ¿A la sociedad o al poder político en turno?

La respuesta quizá sea que desde el establecimiento de la prensa comercial hay un estrecho vínculo y confluencia de intereses entre los dueños de las editoriales periodísticas y los dueños del poder local.

Esta es la tesis defendida por José Ramón Jiménez Esquivel en su tesis, Opinión Pública y Control Político en Querétaro. Y aunque fue escrita en la década de los ochentas, a más de veinte años de distancia, pareciera que aun tiene vigencia.

Del Duopolio al ¿Libre mercado periodístico?

Actualmente, en Querétaro circulan cuatro diarios. A saber: Diario de Querétaro, Noticias, A.M y El Corregidor. Además de tres semanarios (Tribuna de Querétaro, Magazine y Libertad de palabra) y algunas publicaciones que aparecen esporádicamente (religiosas como se les llama en el argot local, porque salen cada que Dios quiere). Para efectos de este ensayo, sólo nos enfocaremos en las publicaciones diarias.

Durante las últimas cuatro décadas del siglo XX, el escenario de medios impresos estuvo dominado, primero por el monopolio de  El Diario de Querétaro, del grupo García Valseca que después se conformó en la Organización Editorial Mexicana. En los años setentas tuvo que ceder espacio cuando nace el diario Noticias, y desde entonces hasta casi el nuevo siglo, se convirtieron en el duopolio que controló la actividad periodística local y que llegó a impedir el nacimiento de nuevas opciones periodísticas.

¿Cómo es que estas dos organizaciones editoriales se adueñan del mercado local? La respuesta es simple: nacen desde el poder político y se mantienen en la lógica de los grupos gobernantes.

De acuerdo con Jiménez Esquivel, en Querétaro, “la prensa ha servido como expresión de los diferentes grupos económicos o políticos en pugna por el poder”. (Jiménez, 56: 1982)

En el caso de los diarios, el antecedente del Diario de Querétaro es el diario Amanecer, propiedad de la cadena García Valseca. Jiménez Esquivel concluye que en realidad el dueño era el ex gobernador Octavio S. Mondragón, porque cambió de dueño tres veces en un lapso no mayor de 10 años pero él siempre apareció en el consejo editorial. (Jiménez, 59: 1982)

Tras la intención de los trabajadores de querer formar un sindicato, en 1958 la empresa opta por liquidar la sociedad comercial y comenzar poco tiempo después un nuevo proyecto editorial: el Diario de Querétaro.

El directorio es casi idéntico al del Amanecer, pero en 1965, hay cambios en la dirección y queda al frente Rogelio Garfias, que era secretario particular del gobernador Manuel González de Cosío.

En 1972, en plena lucha por la sucesión gubernamental, se forma un nuevo diario: el Noticias. Entre sus accionistas se encuentra Manuel Suárez Muñoz, secretario de Gobierno en funciones y uno de los principales aspirantes a la gubernatura.  Meses después, Antonio Calzada Urquiza es designado candidato del PRI a la gubernatura y  Suárez Muñoz vende sus acciones a Rogelio Garfias, quien desde entonces es dueño de dicha publicación.

Desde entonces, ambas publicaciones se constituyeron en un duopolio que se aliaban para evitar cualquier competencia, al grado de por lo menos evitar la el nacimiento y consolidación de seis diarios, entre los que destacan La Voz y el A.M. (en su primer intento).

Finalmente, el A. M. se consolida en Querétaro, pero ya no bajo el gobierno priista, sino bajo el mandato de Ignacio Loyola Vera, primer gobernador panista, lo que es el primer reacomodo en los medios locales.

Sin embargo, aunque había mostrado independencia, tras un castigo gubernamental en la compra de publicidad, A. M. modifica su línea editorial y baja el perfil en la crítica política.

Por su parte, El Corregidor, pertenece al grupo Maccisse, de filiación priista del estado de México, y aunque mantiene un sesgo hacia los candidatos priistas, no cuestiona al gobierno estatal panista.

La crítica del candidato convergente, Ramón Lorencé, era un punto que los medios locales podían retomar para reivindicar su trabajo periodístico, máxime que Lorencé no es un candidato de bajo perfil, sino que en los noventas, cuando era dirigente panista, fue uno de los artífices de la reforma electoral local que permitió el nacimiento del Instituto Electoral de Querétaro, además de otras liberalizaciones electorales que finalmente trajeron como consecuencia la llegada del panismo al poder.

Hemos visto brevemente, que el nacimiento o financiamiento de los principales diarios locales están supeditados al poder político.

Por ello, en consecuencia, los medios impresos locales más que informar a sus lectores, son un correo entre políticos donde se mandan mensajes. Y un mensaje de esa magnitud en donde se acusa que no hay libertad de expresión en Querétaro, no cabía en las páginas de los diarios locales.

Bibliografía consultada:

Díaz Ramírez, Fernando. Historia del periodismo en Querétaro. s/ed. 1968

Jiménez Esquivel, José Ramón. Opinión pública y control político en el estado de Querétaro. Tesis de licenciatura.

4 Comentarios

  1. Es la verdad, en el estado no existe la libertad de expresión y aunque influye qué gobernantes estén en el poder, pesa más el medio en que el trabajas, Aún así hay esfuerzos importantes que cabe resaltar de muchos compañeros y compañeras.

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  2. Hola Víctor

    Leí con interes tu mini ensayo acerca de los medios, ojalá pudieras comentar algo acerca de los medios electrónicos. Felicidades

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