Víctor López Jaramillo
¿Periodismo, para qué?
Leo a Chuck Palahniuk, el emblemático autor de la novela y película de culto El Club de la pelea, en donde uno de sus personajes cuestiona “¿De verdad te quieres dedicar al periodismo?”. Y de nuevo escucho la pregunta. Esa pregunta que con diferentes variantes hemos escuchado todos los que nos hemos matriculado en una carrera universitaria de periodismo y comunicación.¿Por qué dedicarse al periodismo? ¿Por qué seguir con esa terca insistencia de defender al periodismo? ¿Por qué seguir impulsando hasta el límite de las fuerzas con un proyecto periodístico?Y hago todas estas preguntas justo cuando Tribuna de Querétaro llega a su decimosexto aniversario. El periódico llega a sus dulces 16, recordando una clásica canción.
Además de un momento de fiesta y euforia, un aniversario es el momento propicio para hacerse cuestionamientos y plantearse nuevos retos. Hacer un análisis de que se ha hecho y que falta por hacer. De definir la naturaleza de los proyectos.
Comencemos con la pregunta. ¿Para qué sirve el periodismo? ¿El periodismo tiene una utilidad? La materia prima del periodismo es la información. Información que los seres humanos siempre han necesitado para subsistir. Para saber qué caverna tenía fuego, dónde estaban los mamuts para cazar o para saber por cuál flanco atacaban los irreductibles galos.
Información que acompañada de un ritmo pausado al narrar, se convirtieron en los primeros poemas de occidente al narrar la cólera de Aquiles y las hazañas de Odiseo al regresar de Troya para buscar a su paciente Penélope.
Hasta aquí un político de viejo cuño, a quienes sólo les gusta recibir alabanzas y acallar críticas, diría que el periodismo tiene como función exaltar la figura de los poderosos. Y muchos empresarios metidos en los medios de comunicación quizá así lo entenderían. Si los juglares exaltaron la figura del Mío Cid en la Reconquista española, entonces exaltemos a nuestro gobernador, argumentarían.
Sin embargo, ser periodista no es ser un juglar que alaba a los héroes. El periodismo con sus características modernas aparece gracias a un avance tecnológico: la imprenta. Y con la imprenta, una serie de cambios que cimbra de raíz el orden establecido y cuestiona el porqué del poder de las monarquías, incluida la papal –recordemos a Lutero.
Periodismo y democracia
El periodismo sirve a la democracia. Eso es lo que responden Bill Kovach y Tom Rosentiel en su libro “Elementos de Periodismo”, a la pregunta ¿para qué sirve el periodismo?
“Porque a pesar de lo que ha cambiado el rostro del periodismo, su objetivo ha permanecido inalterable —aunque no siempre le hayamos sido fieles— desde que hace ya más de trescientos años surgiera una noción de lo que es «la prensa». Y pese a que la rapidez, las técnicas y el carácter de los medios de información han cambiado, existen ya una teoría y una filosofía de la información muy definidas que surgen de la función que desempeñan las noticias. El propósito principal del periodismo es proporcionar a los ciudadanos la información que necesitan para ser libres y capaces de gobernarse a sí mismos.”
Y profundizando, el presidente de publicaciones Tribune, que edita, entre otros, el Chicago Tribune, Jack Fuller, nos dice que “el propósito principal del periodismo es decir la verdad para que la gente tenga la información que necesita para ejercer su poder soberano”.
Y los propios Kovach y Rosentiel en su obra ya citada afirman que “cuanto más democrática es la sociedad, más información y noticias suele suministrar”.
Un punto importante: la independencia. El periodista debe mantener su independencia respecto a aquellos de quienes informan. Un periodista que está atado de quienes informa, difícilmente podrá generar información veraz y, por tanto, contribuir a la democracia.
Cualquier intento de atar al periodista es un intento por imponer una dictadura. Y saco este tema a colación por la iniciativa de protección al periodista que circuló la fracción del PRI en la legislatura local, tema que es abordado y profundizado en otras páginas de este semanario.
Dulces 16
Dieciséis años ya desde aquel 24 de febrero de 1997 cuando se editó por primera vez bajo el nombre de Tribuna Universitaria animados por ese espíritu de contribuir al cambio democrático y ampliar el espectro de los medios locales que sólo actuaban como juglares y no como críticos del poder.
En febrero de 1997 la alternancia era posible pero poco probable. A más de tres lustros, con un auge y caída de Acción Nacional tanto a nivel estatal y federal, tenemos un escenario político en donde nos planteamos seguir alentando el espíritu democrático y cuestionando al poder. El periodismo no puede tener otra naturaleza que no sea la de cuestionar.
Por ello, al reflexionar en este aniversario sobre este proyecto periodístico, que en 2000 tomó el nombre de Tribuna de Querétaro, retomamos los elementos periodísticos propuestos por Kovach y Ronsentiel tras una exhaustiva consulta con profesionales del periodismo, en donde destacan: la búsqueda de la verdad; lealtad ante todo a los ciudadanos; su esencia es la disciplina de verificación; debe mantener su independencia con respecto a aquellos de quienes informa; debe ejercer un control independiente del poder; debe ofrecer un foro público para la crítica y el comentario; debe esforzarse por que el significante sea sugerente y relevante; Las noticias deben ser exhaustivas y proporcionadas y debe respetar la conciencia individual de sus profesionales.
Nos comprometemos a cumplir esos elementos periodísticos y formar a los estudiantes que pasen por estas páginas en ese ideal.
En tanto, felices y dulces dieciséis años Tribuna de Querétaro.
Amigos de Tribuna de Querétaro, felices jóvenes 16 años y buen número de aniversario, reflexivo, crítico y narrativo. Un abrazo de luz fraterna. Cordialmente. Julio F. Qro. Qro., martes 26-II-2013. –¿Ya leyeron «Una visita a Graham Greene» de Vicente Leñero en el Proceso 1895 de esta semana? Allí está todo: el periodismo, la literatura y la vida misma. Saludos de luz transparente.
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