Víctor López Jaramillo
Publicado en http://codiceinformativo.com/
¿Cuánto cuesta una fotografía? ¿Cuánto cuesta captar ese instante para la eternidad? ¿Cuánto cuesta inmortalizar el rostro y la mirada pétrea? Para el gobierno del priista Calzada, la respuesta es sencilla: un millón de pesos.
Sí, señor gobernador, ya miramos bien la factura y dice que el costo total de la sesión fotográfica, más el acompañamiento de su gabinete, más los 400 marcos es de más de un millón de pesos.
Ni la poderosa empresa Instagram, dedicada al servicio de fotografía digital, hubiera imaginado facturar 82,400 dólares por un puñado de fotografías. Sería el negocio de su vida, bueno, el segundo, después de venderle su empresa a Facebook.
El gobernador y sus voceros insisten en que la foto no costó el millón. Sin embargo, hacer caso a esa aseveración sólo nos lleva a hacernos más preguntas:
Si se mandaron hacer 400 marcos especiales para la foto nueva, ¿qué se hizo con las 400 fotos del anterior gobernador? ¿Los 400 marcos anteriores quedaron inservibles? ¿Se tiraron a la basura? ¿Las fotografías, se archivaron? ¿En todas las oficinas públicas debe de estar la foto del gobernador? ¿Hasta donde debe llegar este culto icónico a la personalidad?
¿Por qué contratar los servicios de tan caro fotógrafo? ¿Que no iba a ser un gobierno austero? ¿Que su gobierno no iba a promover los productos y servicios queretanos? ¿Por qué no contratar un fotógrafo queretano, cuando en el estado hay muchos con enorme talento?
Las comparaciones son odiosas pero necesarias. El presidente de Estados Unidos no gastó ni un quinto en su foto oficial. ¿Por qué? Pues porque se la tomó el mismo personal de la Casa Blanca.
Pete Souza, el jefe de servicios fotográficos del gobierno norteamericano tomó la imagen de Barack Obama–por cierto, la primera con cámara digital para un retrato oficial de presidente gringo alguno-. Y si usted quiere una copia, puede descargar el archivo desde la página web de la Casa Blanca e imprimirla en casa.
¿Por qué aquí personal de gobierno como Tsayam Mejía o Juan Carlos Olvera no tomaron la imagen? ¿Acaso el gobernador le debía un favor al fotógrafo David Ross y por eso hasta los marcos le encargó?
Una imagen dice más que mil palabras, reza la sabiduría popular. Una fotografía oficial desata más de mil dudas y refleja hasta qué punto el gobierno de Calzada vive en una burbuja y se da el lujo de desperdiciar recursos.
Este episodio del FotoGate puede ser un punto de inflexión para la administración calzadista. O decide salir de su burbuja y en los dos años restantes se muestra realmente sensible a las necesidades de la población o, por el contrario, se cierra y muestra su rostro más intolerante.
A juzgar por la respuesta de José Calzada al porqué gastar un millón de pesos en la foto –‘vean bien la factura’, palabras más, palabras menos-, estamos por presenciar el rostro del PRI más duro y cínico, que creímos extinto.
El blog de Víctor López Jaramillo 