Publicado en El Universal Querétaro
Víctor López Jaramillo
Definitivamente, en este país uno no puede aburrirse, dicen que algo parecido dijo el gran Monsiváis. Y yo a Monsi no lo voy a desmentir, sobre todo cuando nuestra clase política se empeña en darnos horas y horas de diversión dignas del campeón del humorismo blanco.
Y aunque nuestros políticos no tienen horario estelar en la barra de comedias de televisora alguna, más de uno dejaría sin chamba a los malos comediantes de hoy día. El más reciente chiste corrió por cortesía de Margarita Alicia Cervantes Arrellanes, alcaldesa de Monterrey, Nuevo León, quien tuvo la puntada de entregarla la ciudad a ¡Jesucristo! con todo y reconocimiento, como si fueran las llaves de la ciudad. Y ya encarrerada, lo nombró máxima autoridad. O sea, ¿Ya para qué quieren los regiomontanos elecciones si ya tienen autoridad suprema eterna?
Digo, uno es libre de entregarle las llaves de su alma al dios de su preferencia, así sea Huitzilopochtli o los dioses del Estadio Azteca que tantos goles hacen fallar a nuestra sufrida selección nacional de futbol; pero de eso a entregarle, simbólicamente claro, una ciudad al dios cristiano, hay un largo trecho.
Que un gobernante entregue toda una ciudad a un ser divino, es algo típico de la Edad Media, como cuando un rey se volvía protestante, tooodo el pueblo tenía que volverse protestante.
Y tenía que ser panista la alcaldesa que entregó la ciudad a Jesucristo. Me pregunto que si antes de hacer tal evento, ¿acaso consultó a la población? ¿Al menos consultó al cabildo? ¿O se sintió como princesa medieval y creyó que sólo su palabra es la ley? ¡Qué alguien piense en el Estado laico tan olvidado últimamente!
¡Pobre Estado laico! Ya nadie lo respeta. Los políticos en su afán de quedar bien con las jerarquías religiosas y ganar votos a través con ellas, se olvidan de esa máxima que dice: Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Pero últimamente en México, todo lo del César ya es de Dios.
Claro, la alcaldesa panista no es la primera aunque sí la más aventada. Recordemos que en nuestro Querétaro lindo y querido ya habían hecho algo parecido los mismos panistas. En los tiempos no tan lejanos de cuando Manuel González Valle era alcalde y Amadeo Valladares su jefe de policía, se rindieron honores a Santiago Apóstol, quien dice la leyenda (repito: leyenda, no hecho histórico) le echó la mano a los españoles para conquistar estas tierras.
Así es, aun en algunas mentes políticas permea ese pensamiento medieval y se olvidan de que vivimos en una república laica y no en una monarquía religiosa.
Aunque para el caos cotidiano que se ha vuelto la ciudad y la incapacidad de los gobernantes de resolver los problemas de transporte y desarrollo urbano, no estaría de más empezar a pedir un poco de ayuda divina y entregarle la ciudad.
Igual y en una de esas la Virgen del Pueblito resulta más eficaz que nuestros gobernantes.
Cierto tenemos políticos que son mejores como comediantes
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Pero su humor es involuntario, por lo que ni como comediantes servirían. Y estamos esperando a que gobernación haga algo. No puede ser que los funcionarios digan y hagan tanta pendejada y todo se solucione con una disculpa, cuando abiertamente están vio
lando la constitución.
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