Pañales y políticos


Víctor López Jaramillo

«Los políticos son como los pañales, hay que cambiarlos frecuentemente por la misma razón», sentencia un personaje interpretado por Robin Williams en una película donde se cuestiona el sistema electoral norteamericano y a su clase política.

Traigo la frase a colación porque queda como anillo al dedo para describir lo que muchos ciudadanos pensamos del binomio corrupción y políticos.

El caso más reciente que demuestra que la corrupción es un problema latente en este país es el caso Oceanografía, que haciendo honor a su nombre, abarca todo un océano de redes que hasta ya el futbol alcanza.

La demostración de todas las irregularidades del caso Oceanografía, demuestra el fracaso del Partido Acción Nacional como opción de un gobierno diferente.

Recordemos que en la campaña de presidencial del año 2000, Vicente Fox en su afán de conseguir votos prometió una campaña contra la corrupción y prometió sacar a todas las tepocatas y víboras prietas de Los Pinos. Incluso, dijo que a lo mejor él era malhablado, pero que a los priistas nunca se le iba a quitar lo corrupto.

La realidad política es que su afán en contra de la corrupción nunca prosperó. En su primera etapa en el gobierno federal, el PAN sólo fue inmovilidad, parálisis. Justo cuando el país más necesitaba continuar con el impulso que se había gestado por la movilización ciudadana en las elecciones del año 2000, Fox optó por el mutismo y frases elocuentes pero cero resultados.

En su lucha contra la corrupción prometió capturar «peces gordos» y para ello, creó una nueva dependencia que ni un charal pescó. La lucha contra la corrupción ya no era prioridad.

En su defensa, los panistas podrán argumentar que cómo no, si bajo su primer mandato se investigó el desvío de fondos de Pemex a campañas del PRI, el famoso Pemexgate.

Claro, pero resulta curioso que en el nuevo escándalo de corrupción esté implicada también la paraestatal energética. Y no olvidemos que meses atrás, tanto PRI como PAN se congratularon de la reforma constitucional que abre paso a la privatización de Pemex.

En 12 años en el poder, Acción Nacional no pudo o no quiso erradicar los principales problemas de corrupción. Al contrario, la mancha de la sospecha recae sobre muchos de sus miembros. Odiaron demasiado al PRI que terminaron pareciéndose tanto a ellos.

Al final de cuentas, el PAN en el poder trabajó con el mismo esquema que había trabajado el PRI: castigar piezas menores implicadas en actos de corrupción para que todo siga igual.

Lo hizo Adolfo Ruíz Cortines cuando criticó a su antecesor Miguel Alemán Valdés por las fortunas que habían amasado él y sus colaboradores. Lo hizo Miguel de la Madrid cuando lanzó su Renovación Moral y cayeron presos varios funcionarios del gobierno de José López Portillo. Así lo hizo Fox, anunció una cruzada contra la corrupción que terminó en casi nada.

Dados los antecedentes, sólo podemos esperar que este nuevo caso de Oceanografía sea uno más en la lista de arreglos en el sistema para que todo y todos sigan igual y, de paso, demuestra el enorme fracaso del PAN en combatir la corrupción.

Por eso, tanto a los políticos como a los pañales, hay que cambiarlos frecuentemente. Y por la misma razón.

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