Víctor López Jaramillo
Una noticia cimbró la política queretana la semana anterior y su eco aún se escucha hoy.
Mientras el Gobierno del Estado hacia cuentas alegres con la cumbre de negocios y mostraba su mejor cara al México y al mundo mostrándose como un oasis de estabilidad en un país en llamas, un video colgado en YouTube mostraba el peor rostro de la intolerancia del gobierno encabezado por José Calzada Rovirosa.
El mencionado video en la red social de videos incluye el audio de tres llamadas entre el secretario de Gobierno Jorge López Portillo, el director de Comunicación, Abel Magaña y la dueña de una estación local de radio. Cabe agregar que la autenticidad de la grabación ya fue reconocida por el propio López Portillo, quien ya pidió disculpas.
Alarmado porque en un programa de la estación de radio, se criticaba la inseguridad en Querétaro, Jorge López Portillo le habla a Abel Magaña para pedirle ejerza el control sobre dicho medio e incluso ordena, disculpe usted lector el lenguaje, “romperle la madre”.
Abel Magaña, obedientemente, llama a la dueña de la concesión de radio para pedirle explicaciones. Enseguida, Magaña llama a López Portillo y le explica que se trata del programa El Guardián de la noche que sólo trata de temas de corte social, no de política. Y agrega que el conductor es gay. En ese momento es cuando se produce la joya verbal del secretario de gobierno al llamar, y disculpe nuevamente usted lector el lenguaje, pero por cuestiones periodísticas hay que mencionarlo, al locutor “putarraco”. Y el secretario de gobierno se desahoga en contra del comunicador que osó cuestionar los niveles de seguridad en el estado.
De este penoso acontecimiento, podemos hacer varias lecturas. La primera es que se confirma el control que ejerce el Gobierno de Estado sobre los medios de comunicación a través de amenazas. Lo duro del lenguaje y la orden directa no deja lugar a dudas. Para el secretario de Gobierno no hay espacio para la crítica en el estado y a cualquier voz disidente, hay que silenciarla de manera inmediata.
Tenemos también el problema de que tanto la radio y la televisión son concesionarias de un bien público, es decir, de todos los ciudadanos, y el gobierno y dueños de la concesiones las manejan como si fueran privadas, es decir, dejando el bien público de lado.
Por otra parte, se muestra la discriminación y homofobia del secretario de gobierno al adjetivar de manera despectiva al conductor. En un estado donde poco a poco ha ido ganando terreno la apertura a la diversidad sexual, López Portillo muestra la intolerancia del régimen.
¿Será suficiente una disculpa? Por el caso Ronaldinho, hasta pedían cárcel contra el militante panista que había ofendido al jugador brasileño. ¿Se medirá con la misma vara ambos casos? Por una situación así, en cualquier otro lugar, el secretario de Gobierno tendría que renunciar.
Y finalmente, surge la gran pregunta, ¿Quién filtró las grabaciones? Si el secretario de Gobierno, encargado de la política interna y de la seguridad del estado tiene el teléfono intervenido, que podemos esperar los demás ciudadanos. ¿En manos de quien está nuestra privacidad?
De manera tardía, Gobierno del Estado ha intentado controlar la crisis. Primero, el miércoles, el gobernador José Calzada se apersonó en la camioneta donde viajan los reporteros que cubren la fuente gubernamental y les dijo que se tomarían medidas.
Inútil resultó el gesto porque en redes sociales el tema se siguió comentando mientras López Portillo y Magaña se hundían en las arenas movedizas del silencio. Finalmente, este lunes, Portillo ofreció disculpas y Magaña sigue en silencio. Al mismo tiempo, se informó que un particular presentó denuncia porque sus comunicaciones fueron intervenidas.
La semana que empezó con un glorioso despliegue informativo sobre la cumbre de negocios, terminó opacada por la demostración de cómo el gobierno del estado controla los medios. ¿Habrá cambios en el gabinete?