Víctor López Jaramillo
El determinismo de la frase “Nadie muere en la víspera” hace referencia a que los hechos tienen una fecha marcada y hay que esperar a que se consumen. Aunque un tanto fatalista el dicho, en política podríamos aplicar la frase: “No se festeja el triunfo de una elección en la víspera”.
¿Por qué digo esto? Básicamente porque a punto de comenzar las elecciones, el aire de triunfalismo entre algunos actores y seguidores políticos es claramente perceptible.
Los votos no han caído en las urnas y ya muchos han empezado con el reparto de posiciones. El ejemplo más claro es el aire de triunfalismo que rodea al candidato Francisco Domínguez Servién del PAN, quien aspira a la gubernatura del estado.
Sus seguidores más cercanos ya dan por hecho el triunfo en junio próximo y ven la elección como un mero trámite. Su análisis se funda en que Domínguez tiene un gran carisma y que nunca ha perdido ninguna de las elecciones en las que ha participado.
Y aunque en ambos puntos tienen razón, tiene carisma y va invicto electoralmente, olvidan que nunca ha enfrentado una elección de tal complejidad como la de la gubernatura.
Tal exceso de confianza ha provocado divisiones aun poco visibles en su primer círculo, aunque panistas tradiciones han comentado a este reportero que el candidato a gobernador se ha rodeado de asesores que llegan al extremo de desconocer los fundamentos de Acción Nacional e incluso no saber quién es Francisco Garrido, exgobernador panista.
Y aunque puede ser puesta en duda la anécdota narrada, lo que no está en duda es su triunfalismo en redes sociales y en su propaganda. El PAN dice que ya viene un mejor Querétaro, asumiendo que ellos ganarán y que el estado mejorará por arte de magia.
Desde el punto de vista de comunicación política no es malo el mensaje, sin embargo, es en el momento equivocado. Vicente Fox también uso ese triunfalismo en la elección presidencial del 2000. Pero ojo, la usó en la parte final de la campaña para mover a los electores indecisos a que confirmarán el voto por el oriundo de Guanajuato, nunca al inicio de la campaña.
El exceso de confianza derrotó a dos candidatos gubernamentales. Primero al priista Fernando Ortiz Arana en 1997 y al panista Manuel González Valle en 2009.
Ambos iniciaron la campaña como favoritos y su partido estaba en el poder. Creyeron que con administrar la ventaja sería suficiente. Con la mayoría de los medios de comunicación de su lado, ambos vieron el día de la elección como un engorroso trámite.
Así como el equipo que va ganando 2 a 0, decidieron cerrar la defensa y dejar pasar el tiempo hasta que el árbitro pite el final, no se dieron cuenta que las circunstancias del partido cambiaron y recibieron goles hasta en el último minuto.
Hasta el momento, los escasos datos arrojan que será una contienda cerrada, lo cual tampoco es buena noticia para el PRI, quien debía esperar tener una ventaja por estar en el poder y tener el control de los programas sociales y una red clientelar fortalecida en los últimos seis años.
El partido de Francisco Domínguez no está ni en el poder del estado ni en la Presidencia de la República. Es decir, parte como oposición, como retador al campeón y, los que saben de box, recomiendan que el retador debe de ganar por nocaut, nunca por decisión, porque allí lleva la ventaja quien tiene el cinturón del campeón.
La contienda cerrada se definirá en los próximos dos meses. Dos meses de una campaña, que como su nombre lo indica, es el recorrido de una guerra electoral, todos los detalles contarán. Las batallas apenas están por comenzar, nadie debe catar victoria ni darse por vencido. Sentirse triunfador antes de tiempo puede ser la antesala de la derrota.
Una actitud triunfalista y soberbia es la que tienen los seguidores específicamente de Marcos de Aguilar no toleran las criticas, no las atienden y consideran que su dicho es verdad absoluta. La realidad es que ambos equipos muestran una gran pobreza de contenido de sus campañas y eso es por demás sumamente triste
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Así parece, estimada. Es una actitud generalizada panista. Igual que hace seis años. A ver que pasa en estos días de campaña. Saludos.
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