Si en Morena optan por preservar las costumbres de la política mexicana del siglo XX, en Acción Nacional no podrían quedarse atrás pero su alta alcurnia los hace tener costumbres más antiguas y de origen extranjero, como amerita la aristocracia a la que creen pertenecer los panistas: el delfinato.
Por si algún joven lector no sabe qué significa el delfín en la política, baste explicar que en Francia desde el siglo XIV hasta inicios del siglo XIX, al duque que era el primer heredero de la corona francesa se le conocía como el delfín; ahora, por extensión en política se le llama Delfín al que el gobernante en turno ha preparado para sucederlo en el poder.
En el caso queretano queda claro que el delfín del gobernador Francisco Domínguez Servién, veterinario de profesión, es el duque de la Villa de Corregidora, el hoy senador Mauricio Kuri. Hasta antes de su iniciación en política de la mano de Francisco Domínguez, Mauricio Kuri era un próspero empresario que gustaba de gozar la vida pero como todo aristócrata queretano, sintió el llamado a gobernar su reino y decidió incursionar primero en el ducado de Corregidora, donde no tuvo mayor competencia y gobernó sin problemas porque pese a que forma parte de la zona metropolitana, lo que sucede en el ducado de Corregidora queda opacado por los escándalos que suceden en el principado de Querétaro; así, el Delfín Kuri nadó dos años y medio gobernando sin problemas.
El rey Francisco pidió al Delfín seguir con su formación política y la obligación de salir de su zona de confort en el ducado para ir a un escaño al senado para completar su educación política y tener reflectores nacionales y así cumplir esa profecía que los oráculos locales dicen que del senado salen los gobernadores de Querétaro.
En el Senado, Kuri tuvo que aprender a enfrentarse a nuevos escenarios y ante la debacle de su aristocrático partido, asumir los roles de principal vocero de la oposición en el Senado y, aunque perdió casi todas las batallas, aprendió el rol del liderazgo.
Sin embargo, la formación del Delfín aún no está completa, sigue teniendo fallos en su comunicación política como cuando bromeó sobre Maribel Guardia y no entendió la magnitud de sus palabras. Aun no distingue entre escenarios políticos ni como expresarse en cada uno de ellos.
Se viene la elección por el reino de Querétaro y el Delfín del gobernador de momento lidera las encuestas con un margen respetable, sin embargo, faltan meses cruciales de campaña, faltan esqueletos por salir del clóset y los fallos de la formación política del empresario Kuri se verán expuestos cuando tenga que rozarse con el pueblo, lejos de sus aristocráticas amistades y ya veremos si se cumple ese otro adagio político que dictan los cánones locales de que Gobernador no pone Gobernador.