Octavio Paz, crítico del poder


Ilustración de Aurora Vizcaíno Ruiz.
Ilustración de Aurora Vizcaíno Ruiz.

Víctor López Jaramillo

La semana pasada comentamos sobre la obra poética de Octavio Paz, de quien celebramos el centenario de su natalicio. Y no hay mejor celebración que recordar al Octavio paz ensayista, al crítico lúcido del poder.

En los años 70, en una entrevista con el periodista Julio Scherer García, Octavio Paz hace un diagnóstico sobre el estado de la derecha y la izquierda en México.

En la página 379, en el tomo titulado El Peregrino en su Patria, el número 8 de las Obras Completas de Paz, se puede leer: “La derecha mexicana ha dejado de pensar en términos políticos desde la derrota de Miramón. Es una clase acomodaticia y oportunista. Su táctica, lo mismo que en la época de Díaz que hora, consiste en infiltrarse en el gobierno. Es una clase que hace negocios pero que no tiene un proyecto nacional. El país, para ellos, no es el teatro de su acción histórica sino un campo de operaciones lucrativas”.

La crítica no es de palabras dulces y sonoras: “La izquierda sufre de una parálisis intelectual. Es una izquierda murmuradora y retobona, que piensa poco y discute mucho. Una izquierda sin imaginación”, dijo el premio nobel de literatura.

Claro, también hizo la crítica al régimen surgido de la Revolución Mexicana y al PRI, que denominó “el brazo político del poder”. En el ensayo El Ogro Filantrópico, publicado en la revista Vuelta en 1978, señaló que el Estado mexicano había sido el agente cardinal de la modernización, sin embargo, él mismo no ha podido modernizarse.

Escribió Paz en ese célebre ensayo: “En un régimen de ese tipo, el jefe de gobierno –el príncipe o el presidente- considera al Estado como su patrimonio personal o personal. Por tal razón, el cuerpo de los funcionarios y empleados gubernamentales, de los ministros a los ujieres y de los magistrados y senadores a los porteros. Lejos de constituir una burocracia impersonal, forman una gran familia política ligada por vínculos de parentesco, amistad, compadrazgo, paisanaje y otros factores de orden personal. El patrimonialismo es la vida privada incrustada en la vida pública. Los ministros son los familiares y los criados del rey. (…) los vínculos entre los cortesanos no sean ideológicos sino personales”.

También acusó Octavio Paz una contradicción en el Estado mexicano: la tecnocracia tiene que compartir los privilegios y riesgos de  la administración pública con los amigos, familiares y favoritos del gobernante en turno. Es un choque entre la sociedad cortesana y la burocracia tecnócrata.

Por ello, Paz manifestó que en el Estado Mexicano convivían tres órdenes o formaciones distintas: La burocracia gubernamental, el conglomerado heterogéneo de amigos, favoritos y familiares y la burocracia partidista, formada por políticos profesionales a los que une no la ideología, sino los intereses.

A casi cuatro décadas de haber sido escritas por primera vez estas palabras, y a la luz del centenario del natalicio del autor, ¿Cuáles siguen vigentes?

Las críticas a la derecha y la izquierda no han envejecido. Y me parece que tampoco los señalamientos al régimen priista. Podemos apreciar esa contradicción en el gobierno de José Calzada, prevalece esa dualidad entre la tecnocracia contra los favoritos del calzadismo por tener los privilegios del  poder en Querétaro, mientras que en la sombra, la clase priista teje sus acuerdos más por interés que por ideología.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.