¿Qué tienen en común una carne asada un fin de semana y un par de viajes a la playa? En que son actividades recreativas para convivir con los amigos y tomarse un descanso de la ajetreada vida cotidiana. ¿Pero qué sucede si esas actividades se realizan en confinamiento por pandemia de COVID19? Si las realiza un ciudadano común y corriente, muchos cercanos le reprocharían el romper la cuarentena y hacer esas reuniones, sobre todo cuando los diferentes niveles de gobierno recomiendan no hacer reuniones y salir lo menos posible.
¿Y el resultado cambia radicalmente si dichas acciones las realizan un gobernador, un diputado y un funcionario federal de alto rango? La respuesta es evidente, pues al tener bajo su responsabilidad la cuestión de salud en plena pandemia, la situación toma otro cariz, pero analicemos pausadamente porque en estos días las redes sociales están tan ruidosas como siempre por este tema.
Recordemos que, en mayo del 2020, durante la primera fase del confinamiento y cuando todas las actividades no esenciales estaban paralizadas en el estado, causó revuelo la noticia de que el gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez Servién, había estado en una carne asada con pocas personas, esto según su versión. Esto causó enojo e indignación porque ya iban dos meses de encierro para no propagar el virus y el gobernador se reunía alegremente.
Esta transición de año nos trajo las novedades que el diputado federal por el Partido Acción Nacional, Felipe Fernando Macias Olvera había estado en playas del Caribe mexicano. ¿Y esto que tiene de especial? Pues que el diputado ha sido crítico puntual de las estrategias de gobierno federal en lo que respecta al manejo de la pandemia y ha hecho llamados a la ciudadanía para permanecer en su casa y usar cubrebocas, cosa que no hizo durante su viajecito a la playa para desestresarse de la difícil carga de ser diputado y mirrey. De inmediato, ciudadanos se lo reprocharon en redes.
Y para cerrar, la cereza en el pastel, el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell fue captado en playas oaxaqueñas, disfrutando de unas vacaciones de fin de año.
¿Los funcionarios y representantes populares tienen derecho a irse de vacaciones como cualquier ciudadano? Claro, se lo tienen bien ganado tanto por su desempeño legislativo como por su trabajo burocrático, de eso no queda la menor duda. Entonces, ¿por qué levantó tanta ámpula que el diputado panista y el subsecretario de Salud se fueran a disfrutar unos días a la playa? Precisamente por su propia condición de funcionarios. En ambos casos, ambos han construido una imagen, el primero de crítico de las políticas de salud y el segundo de impulsor del famoso «Quédate en casa» para combatir la pandemia.
Que no se les juzgue por haber ido a la playa como cualquier ciudadano, sino por su falta de comprensión de la coyuntura política del país que muchos que querían ir de vacaciones optaron por resguardarse (y claro, también los hubo quienes alegremente se fueron a esparcir el COVID19 a las playas).
Por otra parte, el pedir que diputado y secretario pongan el ejemplo tiene sus bemoles, porque dan a entender que no hay ciudadanos sino un país de niños que gobernar y que estos solo obedecen con el ejemplo.